México, 4 dic (PL) El nuevo director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) Octavio Romero, anunció hoy que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador detendrá el desmantelamiento de las empresas productivas y las privatizaciones de instalaciones petroleras.
En una carta de presentación a los trabajadores de Pemex, el funcionario informa de los momentos difíciles que atraviesa la empresa por falta de financiamiento para el mantenimiento de las instalaciones, ampliación de sus reservas, así como el incremento, o por lo menos sostenimiento, de la producción, refinación y de la petroquímica.
Romero dijo que, tras su designación el 1 de julio pasado, la buena noticia es que se detuvo, desde el primer día de gobierno de López Obrador, el desmantelamiento que se ha padecido en los últimos años.
Reiteró que tampoco habrá «ni una sola desincorporación más, ni una sola monetización, ni una sola privatización más de nuestras instalaciones petroleras».
El nuevo mandatario federal es un agudo crítico de la denominada reforma energética practicada por el Gobierno anterior y la ha considerado una de las causas de que México haya bajado de forma alarmante su producción de crudo, al extremo de convertirse en importador neto del hidrocarburo.
Precisamente en su discurso en un acto público en el Zócalo el día de su investidura, el mandatario abordó el tema energético para anunciar que le estaban entregando un país en quiebra y que estaba obligado a realizar un rescate de empresas como la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos.
Allí informó que estaba en contacto con trabajadores y técnicos de ambas empresas para sacar adelante a dos grandes industrias del pueblo de México, y prometió que a la mitad de su sexenio la gasolina bajará de precio, cuando se cumpla su plan de construir una refinería en Tabasco y sean rehabilitadas otras seis en el país.
Como durante toda su larga campaña proselitista, criticó a fondo la reforma energética, aprobada durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, y dijo que no dio los beneficios prometidos de inversión extranjera, empleos, producción de petróleo y reducción de precios de los combustibles.
A cuatro días de asumir la presidencia, López Obrador insiste en que, con urgencia, van a extraer petróleo, a detener la crisis, para tener materia prima y poder producir las gasolinas en el país.
Para ello, explicó, «vamos a rescatar Pemex como lo hizo el general Lázaro Cárdenas en 1938«, y se detendrá «el plan de desmantelamiento de la CFE», por lo que ninguna planta de esa compañía será cerrada, y se modernizará el sector.